Por María Gómez Mejía y Tamara Morales Orozco
En las sombras de la sociedad española, un colectivo vulnerable lucha por su supervivencia. Mujeres trans latinoamericanas, discriminadas y marginadas, encuentran en la prostitución una forma de subsistir ante la falta de oportunidades. Se repite una y otra vez que a final del mes tienen que pagar el piso (apartamento), el agua, la luz, el teléfono, la comida y enviar dinero a sus países.
Rosa (la llamaremos así por motivos de seguridad) es una mujer transexual. Su figura es delgada, muy bien delineada, tiene unos ojos castaños bastante grandes. Siempre usa un labial rojo; su cabellera rubia bien cuidada le llega hasta las caderas y casi siempre está vestida de trajes ceñidos al cuerpo reafirmando su esbelta figura. Recuerda que antes de salir de Venezuela fue abusada sexualmente mientras trabajaba en una de las calles de la capital, Caracas. Nunca llegó a denunciar porque la policía era cómplice de estas acciones y su vida podría estar en peligro si hablaba. Tenía miedo.
Karol y Paulina, también fueron abusadas y maltratadas en Colombia. Entre los 10 y 15 años, se vieron obligadas a ofrecer sus servicios sexuales para poder comer y pagar el techo donde lograban sentirse un poco más seguras, ya que sus familias las habían tirado a la calle. Ambas ahora son adultas, rondan los 50 años. Sus figuras muestran el cansancio acumulado todo este tiempo, días de desvelos y ansiedades.
Durante su transición se sintieron solas, desprotegidas, pero no claudicaron en sus sueños. Karol era estilista en Colombia, puso su salón de belleza donde tenía muchas clientas, y todo iba bien hasta que su expareja empezó a agredirla, a tal punto que intentó asesinarla. Buscó desesperadamente que la ayudaran a salir de su país porque las autoridades no hicieron nada por protegerla.

Llegaron a Europa
Tanto Rosa como Paulina llegaron a España durante la pandemia. Vieron una oportunidad para crecer, alejarse de la discriminación, de la violencia y pensaron que ya no volverían a ejercer la prostitución. Sin embargo, no fue así.
En cinco años – 2017 y 2021-, “alrededor de 20.755 personas fueron atendidas por las unidades especializadas en el tratamiento de la identidad de género que existen en 13 comunidades autónomas.
Confluencia Movimiento Feminista: Las Leyes y el modelo afirmativo en España
Aunque no hay una cifra exacta sobre el número de personas trans que viven en España, se estima que el número ha aumentado en los últimos años, según un informe publicado por la Confluencia Movimiento Feminista: Las leyes trans y el modelo afirmativo en España. En el documento se detalla que en cinco años – 2017 y 2021-, “un mínimo de 20.755 personas fueron atendidas por las unidades especializadas en el tratamiento de la identidad de género que existen en 13 comunidades autónomas. Una cifra, si se tiene en cuenta que hace tan sólo un lustro se estimaba que habría un máximo de 10.000 trans en nuestro país”, se detalla.
También se menciona que al menos 21,000 personas trans, fueron atendidas en unidades especializadas en el tratamiento de la identidad de género. Además, la aplicación de la «ley trans» ha cuadruplicado los cambios de sexo registral, pasando de 1,309 en 2022 a 5,139 en 2023”.
Por su parte, la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Trans, Bisexuales, Trans, Intersexuales y más, (FELGTBI), indica las cifras de la población trans, varía según diferentes estudios y cómo se defina. «La mayor parte de estudios en España como Prevalence, Incidence, and Sex Ratio of Transsexualism in the Autonomous Region of Madrid (Spain) According to Healthcare Demand o Atención sanitaria en España a personas transexuales y con variantes de género: historia y evolución, estiman que la población trans está por debajo del 0,1% de la población del estado, o sea, por debajo de las 40.000 personas”.
Trabas administrativas
Rosa y Paulina iniciaron el proceso para regularizarse, pero se encontraron con un sistema que está lleno de trabas administrativas. A casi cinco años siguen luchando para mantener su residencia.
Leticia Ojeda, técnica de igualdad de la organización española Somos Zaragoza y activista defensora de los derechos de las mujeres trans en esta ciudad, detalla que “la ley de extranjería es totalmente absurda y nefasta”, porque las trabas que se encuentran para sacar la documentación las expone a seguir ejerciendo el trabajo sexual como una forma de sobrevivencia, ya que sin documentación no pueden apostar por un trabajo legal y remunerado.
La FELGTBI una ONG estatal de carácter laico, laicista, feminista, apartidista y asindicalista que agrupa a más de 50 entidades LGTBI+ de todo el territorio español, menciona que parte de los problemas a los que se enfrentan las personas migrantes del colectivo LGTBI+ es que la Ley 3/2007 no permite el cambio de sexo registral a migrantes en situación administrativa irregular. Tampoco se le permite a personas solicitantes de asilo.

Karol logró encontrar a alguien que le propuso viajar a Bélgica. Su calvario apenas empezaba, no sabía que estaba siendo víctima de trata de blancas. Al llegar, el primer reto fue el idioma y luego el encierro que su casera le imponía para que esta terminara de pagar lo que había invertido para llevarla a Europa, pese a que la mujer vendió su salón de belleza y sus pertenencias en Colombia para costearse el viaje.
Al huir de su tratante, una vez que ya había pagado el dinero que le exigía, solicitó asilo en Bélgica pero se lo denegaron. Recuerda que durante su entrevista no tuvo oportunidad de exponer su caso, pese a que tenía un traductor, el oficial de migración se mostraba molesto y al final le dijeron que ella no corría ningún peligro.
Unos días después fue agredida por unas personas que identifica como marroquíes en un centro comercial de la ciudad, dejando serios daños en su rostro, las cicatrices todavía se dejan ver.
Ojeda asegura que ha recibido casos de mujeres víctimas de trata. “Lo que pasa es que hay una realidad entre las mujeres trans, y es que a veces ejercen violencia entre ellas mismas, nosotras entre nosotras, y esto también es un tipo de trata, te traen aquí y te piden 5,000 euros, y están exigiendo a que les pague solamente porque vienen con uno, porque me pagaste el billete y tal, este es un tipo de violencia, claro, y de eso hay muchísimos. Las deudas que te hablo son de eso, la trata que más se maneja aquí”.
Para Karol, Rosa y Paulina este nuevo comienzo lleno de esperanza buscaba otras oportunidades y esa seguridad que no tenían en sus países, pero encontraron un problema nuevo y es la desigualdad laboral. Pocas oportunidades.
Producto de la violencia las mujeres trans han sido diagnosticadas de ansiedad, depresión y otros problemas de salud mental
La violencia que sufren estas mujeres produce secuelas físicas y psicológicas, que las exponen a una mayor prevalencia de enfermedades de transmisión sexual. Si a ello le agregamos que tienden a tener una peor salud mental que en la población general, según el estudio de Transaludes: salud en personas trans y/o no binarias en España, presentado en noviembre de 2024 por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) en el Ministerio de Salud. Cuando se les consultó a los participantes si algún médico les había diagnosticado alguna enfermedad o trastorno en el último año, el 47,5% de las personas respondió que habían sido diagnosticadas de ansiedad, el 39,6% de depresión y el 29,4% de otros problemas de salud mental.
El estudio menciona que la idea suicida en el úlitimo año incrementa en un 25% si hay barreras para el cambio de nombre registral, en un 33% si hay barreras al cambio de sexo registral, 57% si hay barreras para la transición hormonal y 78% si hay barreras para la transición quirúrgica.
Por otro lado, una de cada dos personas trans tiene dificultades para llegar a fin de mes en España, frente al 40% de personas en riesgo de pobreza en todo el colectivo LGTBI+, según datos de la encuesta de la Agencia de los Derechos Humanos de la Unión Europea (FRA) de 2022. Si se tiene en cuenta el conjunto de la población española, el porcentaje de personas en riesgo de pobreza baja al 21,8%, según el informe de EAPN (European Anti Poverty Network).
En el mismo orden, el 6% de las personas trans y un 11% de las mujeres trans de España se han visto obligadas a dormir en la calle al menos una vez en su vida, según el estudio. Los datos de la FRA además muestran que las personas trans tienen un 22,9% de desempleo en España (total de parados trans respecto a activos trans, 2019) y las mujeres trans un 33%.

“Dicen que pedimos privilegios, pero no tenemos ningún privilegio”
La activista y defensora Leticia Ojeda, menciona que muchas veces en la sociedad española las mujeres trans las ven como privilegiadas, exigiéndoles que no pidan más derechos porque ya los tienen. Pero la verdad es que aún queda mucho por demandar, entre ellos su derecho a un trabajo digno.
A las mujeres u hombres trans muy poco se les ve en trabajos de cara al público porque pueden transmitir una “imagen negativa de la empresa”. Son muy pocas las que tienen oportunidad de entrar y que las respeten como lo que son, mujeres trans.
La Unión General de Trabajadores (UGT) de España, subraya que los datos indican que esta situación es generalizada en el colectivo. Según la encuesta “Hacia centros de trabajo inclusivos« de la organización gremial, un 75% de las personas trans consideran un inconveniente ser trans para buscar un empleo. Además, un estudio de la FRA sobre la situación del colectivo LGTBI+ indica que el 42% de las personas trans españolas ha sufrido discriminación en su puesto de trabajo o en la búsqueda de uno entre 2019 y 2020.
“Cuando la gente dice: pero ¿por qué vas a pedir una ley para privilegios? No, la verdad es que yo no tengo ningún privilegio, la verdad es que yo nunca he tenido la igualdad que tú has tenido en el acceso al empleo, a la educación. ¿Por qué? Porque por ser como soy pues he perdido esos privilegios y se me ha sesgado socialmente. Entonces claro, habría que echarle un ojo a la ley de migración para que los tiempos migratorios, los tiempos de permiso laboral no sean tan largos y el acceso a pedir una cita previa no te lleve tres, cuatro o cinco meses y al final tengas que pagarle a una persona 400 euros para que te saque una cita, porque eso se está haciendo”, argumenta la activista Ojeda.
Otra mujer consultada para esta investigación, que prefirió omitir su nombre, cuenta constantemente cómo fue tratada cuando estaba en una fábrica de producción en Zaragoza, obligándola a actuar como un hombre y refiriéndose a ella como “basura”.
José Ignacio López, sociólogo independiente en España, explica a Agenda Propia Nicaragua que “la sociedad española ha avanzado en la aceptación de la diversidad sexual y de género, incluyendo a las personas trans. Sin embargo, persisten actitudes de discriminación y transfobia, especialmente en ciertos ámbitos como el laboral o el religioso”.
De igual manera, enfatiza que muchas veces a las mujeres trans se les asocia solo al trabajo sexual. “La percepción de las mujeres trans varía según la persona, su nivel académico y el contexto”.
La violencia hacia el colectivo persiste
En el estudio de Transalude se menciona que 1 de cada 10 personas trans se ha dado a conocer al 100% en todas las esferas de su vida. Lo que más les frena para hacerlo son las barreras sociales y el miedo a la discriminación.
De las personas participantes, el 87,4% respondió que había sufrido algún tipo de violencia tránsfoba o discriminación por su identidad de género y casi la mitad, agresiones físicas. Ocho de cada diez personas presentan secuelas en la salud mental y el bienestar físico.

Si citamos las violencias fuera de las relaciones de pareja, el 70% denunció haber sufrido violencia sexual; 3 de cada 4, la sufrieron por parte de alguna pareja. Sin embargo, estas cifras suelen ser superiores, dado que no todas las personas denuncian, por lo que se hace necesario “desarrollar programas de prevención, detección y protección en todos los ámbitos”, de acuerdo a los investigadores del estudio de Transalude.
Los delitos de odio contra el colectivo LGTBI+ ha crecido en los últimos años. Según el informe sobre delitos del odio del Ministerio de Interior de 2022, registraron 459 delitos de odio relacionados con la orientación sexual o la identidad de género de la víctima, habiendo un aumento, en 2021 ocurrieron 466 delitos y en 2020 la cifra fue de 277, casos.
No se detienen en sus sueños
Pese a las limitantes que se les han presentado a Karol, a Rosa y a Paulina, estas no se detienen por sus sueños: quieren estudiar y tener oportunidades para generar ingresos y vivir tranquilamente.
Karol actualmente se ha mudado a España, donde debe esperar dos años para iniciar su trámite legal de regularización migratoria. Sueña con volver a trabajar en una peluquería. Aunque se siente cansada y quiere desistir en algunos momentos, cuenta que no se dará por vencida.
Paulina, quien ya tiene una residencia temporal en España quiere poner su propio salón de belleza especializado en cabellos, ya que muchas veces ha buscado trabajo en algunas peluquerías y no le han recibido por su aspecto físico. En Venezuela y Colombia se encargaba, también, de cuidar el cabello de las chicas que hacían sus carreras como reinas de belleza.
En el caso de Rosa, su meta es continuar sus estudios porque sueña con ser una diseñadora de moda. “Me gusta mucho la peluquería, el maquillaje”. Ya ha buscado por medio de Leticia algunos cursos para irse preparando en esta profesión que le apasiona.
Cada una tiene un sueño y una aspiración. Desde esa oscuridad que las amenaza constantemente luchan por cumplirlos, sueñan con una sociedad más empática y un estado que las proteja, que las traten como lo que son, “seres humanos con mucho que aportar a la sociedad”.