Por María Gómez Mejía

La excarcelada política, Ana Margarita Vijil, dijo en entrevista a Agenda Propia Nicaragua, que es casi imposible identificar el número total de víctimas presas del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, «pero ahí están las estadísticas del Monitoreo Azul y Blanco, que es una red de activistas que desde el propio abril de 2018 comenzó a trabajar y a monitorear las violaciones a derechos humanos». Asegura que esta red ha informado que «más de 5.000 personas en el país han pasado por las cárceles del régimen por razones políticas».

Vijil menciona las cifras de la Comisión Interamericana (CIDH), y dice que más de 3.500 personas han pasado por las cárceles (de Nicaragua), y el gran problema en los últimos años es la dificultad de tener información porque la represión ha aumentado muchísimo alrededor de los familiares también». Es decir, que estamos hablando de una cantidad de población muy importante para el país, enorme, y eso no incluye a las personas que están en casa por cárcel».

Existe un subregistro

Conocer el número de personas presas políticas no se puede saber con exactitud, porque hay subregistro. «Hay personas que llevan meses, años presos y no han salido a la luz pública». De acuerdo con el Mecanismo de Reconocimiento de Personas Presas Políticas, hasta el 31 de enero de 2025, ha logrado identificar 47 personas detenidas arbitrariamente por la dictadura, de estas persones hay 7 mujeres y muchas de ellas en condición de desaparición. «Están por ocultamiento de paradero, es decir, las familias no las han podido ver, no saben dónde están».

Vijil detalla que el estado de las cárceles de Nicaragua son terribles, tanto para las personas presas comunes como las personas presas políticas- Agrega que existe una diferenciación con las personas presas políticas según los múltiples testimonios de excarcelados políticos que pasaron por La Modelo (cárceles para hombres) y que pasaron por La Esperanza (cárceles de mujeres). «Los maltratos físicos y psicológicos, esta manipulación y maltrato a la familia. La falta de visitas, que es terrible, y en algunos casos, la prohibición de recibir la paquetería de tu familia», explica.

La expresa política expuso que las personas desaparecidas por ocultamiento de paradero, no saben nada de sus familias y señala que «lamentablemente, poca gente habla dentro del país». Señala que Nicaragua se ha vuelto una cárcel, «El país es una cárcel en sí, porque si alguien denuncia algo, si denuncias que tu hermano está preso, podés caer presa» expresa.

La gente bajo amenaza

Por otro lado Ana Margarita dice que en Nicaragua la gente se siente que vive amenazada. Considera que rol de la gente que se encuentra en el exilio es denunciar en nombre de quienes no pueden hacerlo. «Esa es la gran tragedia que se vive en el país y por eso es tan importante que quienes estamos afuera hablemos, hay que reconocer que quienes están dentro del país están en una cárcel y amenazados de ser desaparecido también. Y por tanto, las voces de quienes estamos afuera tienen que suplir eso», expone.

Foto portada: Artículo 23