Juan Lorenzo Holmann: “Los desterrados van a ser ellos”

Amanecía en Managua, la rutina de la gente era casi normal, pero  desde horas de la media noche del miércoles 08 de febrero, familiares de las personas presas políticas ubicadas en los diferentes centros penitenciarios del país llamaban a defensoras de derechos humanos para reportar “movimientos sospechosos con sus familiares”, información que salía desde dentro de las cárceles y que era proporcionada por presos comunes, las sospecha se confirmaba con el paso de las horas hasta que se supo  del destierro de 222 personas presas políticas.

El ultimo abrazo que Muammar Vado, uno de los jóvenes de la Unión Renovadora Democrática, antes Movimiento Renovador Sandinista, dio a sus padres fue ese miércoles 08 de febrero quien relató que “a eso de las nueve de la noche, sacaron a un compañero de un ala, luego a otro, y pensábamos que íbamos a otro modulo, pero nos encontramos y estamos en libertad” manifestó eufóricamente al llegar a Estados Unidos.

Las declaraciones de Muammar, confirman lo que la ciudadanía vivió dentro y fuera de Nicaragua este 09 de febrero; uno de sus momentos más memorables en la historia reciente con la liberación de 222 personas presas políticas que, posteriormente, fueron desterrados hacia Estados Unidos.

En las redes sociales las opiniones no se hicieron esperar, la maquinaria de troles orteguistas se activó, pero el mensaje del régimen no tuvo eco.

En el Aeropuerto Internacional de Dulles, los nicaragüenses se apostaron, con banderas en manos, para recibir a las personas desterradas, pero luego el Departamento de Estado informó que los presos políticos serían trasladados a un hotel. “Dejamos tirados nuestros puestos de trabajo para sumarnos a la bienvenida”, dijeron los hermanos Lesther y Enmanuel Morales, exiliados en Estados Unidos en una transmisión hecha por la Voz de América. 

Pasadas las 12 del mediodía, hora local de Washington, los excarcelados políticos fueron saliendo, uno a uno, del hotel donde se hospedarán los próximos días. Dora María Téllez, Víctor Hugo Tinoco, Juan Lorenzo Hollman, Miguel Mendoza, Michael Healy, José Adán Aguerri, Óscar René Vargas, Lester Alemán, Ana Margarita Vigíl, Tamara Dávila, Evelyn Pinto entre otras personas. 

Barahona, presidenta de la Unión Democrática Renovadora, agradeció a todas las personas que “han luchado por la libertad del país y la libertad de los presos políticos”. “Esta es una gran alegría”, dijo la dirigente opositora al diario La Prensa.

El nivel de represión es notable en la mirada de todas las personas presas políticas, cuando fueron informadas sobre sobre la inconstitucional decisión de la Asamblea Nacional de quitarles la ciudadanía nicaragüense se muestran más sorprendidas aún. De esto no se dieron cuenta hasta que aterrizaron en el aeropuerto de Dulles, Virginia.

“La Asamblea aprobó una ley que le quita su ciudadanía nicaragüense”, le dice una periodista a Juan Lorenzo Holmann. “¿A quién? ¿A mí?”, pregunta asombrado el gerente general de La Prensa. “Pues están locos. Los desterrados van a ser ellos”, dice finalmente.

Si el artículo constitucional reformado, el 21, es aprobado en una segunda legislatura entrará en vigor y los ya expresos serán oficialmente apátridas.

Sin embargo, Félix Maradiaga y Juan Sebastián Chamorro lo tienen claro y dijeron que “la nicaraguanidad se lleva yo creo que hasta espiritualmente (…) yo seré nicaragüense hasta el día que me muera, y voy a seguir amando a Nicaragua no solo como la nación en la que nací, sino como la tierra que deseo ver en democracia”, apuntaba Maradiaga en declaraciones a diferentes medios de comunicación.

Por su parte el Centro Nicaragüense de los Derechos Humanos (Cenidh) condenó la deportación de los reos de conciencia y acusó al régimen de Ortega de usar al Poder Judicial como el instrumento principal de la represión. “la deportación es completamente inaplicable en este caso, porque esta es una figura jurídica migratoria que se aplica específicamente a extranjeros”, señalaron en un comunicado.