Unidades de Victoria Electoral, listas para el simulacro de las votaciones

 

A semanas de celebrarse las próximas votaciones en Nicaragua, la dictadura de Daniel Ortega y  Rosario Murillo, agilizan el paso para que todo funcione bien en las estructuras partidarias llamadas Unidades de Victorias Electorales.

¿Cómo surgen las UVE?

Con el estallido político y social del 2018, Ortega se enfrentó a un pueblo que de forma pacífica pide su salida del poder por cometer violaciones a los Derechos Humanos y crímenes  de lesa humanidad, según lo han documentado organismos nacionales e internacionales de Derechos Humanos.

El contexto político y la crisis de militancia llevó al orteguismo a radicalizar su estrategia, y a lo interno del Frente Sandinista dejaron de existir los comités de campaña, que funcionaron desde que el caudillo perdió el poder en 1990. 

Rosario Murillo, quien actúa como jefa de campaña y segunda al mando dentro de la maquinaria paraestatal, siguiendo la línea venezolana ha impulsado una radicalización en el discurso, y en la práctica. En el año 2020 creó las Unidades de Victorias Electorales, similares a los comandos de campañas del Partido Socialista Unido de Venezuela. Cada comando como cada UVE tienen el nombre de un “mártir o heroína” orteguista y chavista en Venezuela.

Los medios de propaganda del régimen se encargaron de introducirlos en el imaginario colectivo de la ciudadanía e informaban de la instalación de los mismos en barrios, distritos y municipios de diferentes departamentos desde noviembre del 2020 cuando se conmemoró el 44 aniversario del asesinato del fundador del FSLN, Carlos Fonseca Amador. 

Para echarlas a andar el régimen realizó el rellenado de fichas de militancia, lo que se convierte en una clara contabilización de sus bases. “Don Ernesto” dijo a Agenda Propia que en el municipio de San Ramón, departamento de Matagalpa, al norte del país, “cada uno tiene que caracterizar a los votantes asignados, entre voto duro, suave y golpista, y tenemos la obligación política de visitarlos casa a casa y darles acompañamiento político para asegurar el voto”, manifestó.



El orteguismo contaba con un número de afiliados hasta 2009 de un poco más de un millón de personas, una cifra que les ha hecho accionar a lo interno para saber con cuánta gente cuentan debido a la incorporación partidaria por razones de conveniencia de algunos de sus miembros y funcionarios públicos que, para no perder su empleo hasta dan el aporte partidario.

¿Quiénes dan seguimiento en los territorios?

Con la llegada al poder, desde la casa de habitación de Ortega se convirtió en la presidencia y vicepresidencia de la República, una confusión de Estado-Familia-Partido, una estrategia maquiavélica que le ha valido operativizar todas las decisiones del Estado. Como si fuera un hacendado de la política criolla que cuenta con peones que hacen lo que él y su esposa dictan.

Semana a semana se construyen planes políticos que Murillo da seguimiento, orienta las acciones a realizar, pide informes a cada institución y se encarga de leerlos en su acostumbrada intervención en los medios de propaganda a la una de la tarde. Sus operadores políticos leales, cumplen las orientaciones sin objetar.

Guiomar Irías, presidenta del Instituto de Fomento Municipal, supervisa Masaya; Bosco Castillo, ex ministro de la Juventud en Carazo; Isidro Rivera, viceministro del Ministerio Agropecuario y Forestal en Rivas y Granada, mientras que en el resto de departamentos les tocan a secretarios políticos con experiencia como Francisco Valenzuela en Estelí quien tiene también el control político de Madriz y Nueva Segovia, Pedro  Haslam en Matagalpa y Leónidas Centeno en Jinotega.

Fidel Moreno, por su parte, está bajo las órdenes de la pareja presidencial y mira de cerca la capital, donde se concentra la mayoría de “votantes”. Mueve sus fichas políticas en los territorios y da seguimiento a orientaciones especiales que le encomiendan. Para eso se ha asegurado de tener hasta cinco secretarias en la Alcaldía de Managua lo que hace que sea “eficiente” ante los ojos de Murillo.

Gustavo Porras funge como coordinador del área social y supervisa las actividades en el departamento de León, en el occidente del país, tiene un control de los ministros y alta injerencia en las decisiones que se toman las instituciones.

Luces sobre luces, lineamientos generales 

Rosario Murillo envió una circular a inicio de año en la que detalla los “Ejes y Líneas Generales para el 2021, Luces sobre Luces”, así como las actividades electorales que el aparato estatal deberá efectuar en beneficio del FSLN, de cara a las votaciones de noviembre 2021.

El documento, con instrucciones de usarse en reuniones partidarias a todos los niveles para estudiarlo y presentar propuestas específicas para su implementación, está dirigido a los medios sandinistas, los secretarios políticos, y simpatizantes de otros niveles; los miembros del gabinete, y los embajadores del régimen.

Utilizando un lenguaje santero y rosacruz, además de los errores ortográficos que caracteriza a la redacción de Murillo, orienta el modo en que el Estado, el gobierno, las alcaldías y otras unidades territoriales, en todo el país, tienen que fortalecer el “Modelo de Presencia y Comunicación Directa”,

Al mismo tiempo, les indican operar con “organización y eficiencia”, para fortalecer la “calidad de nuestro servicio y atención desde programas y proyectos”, para cumplir “líneas, objetivos, metas y tareas, que respondan a las más sentidas urgencias y necesidades de las familias nicaragüenses”.

El plan señala que “la juventud se moviliza inteligente, imaginativa, creativa, en potente protagonismo, en todas las modalidades de acción y unidad cultural, social, económica, política, solidaria y complementaria, entre jóvenes y entre familias nicaragüenses”, pese a que la rebelión de Abril mostró que la juventud también les dio la espalda.

En esta lista de orientaciones que ordenan a sus bases, se subraya la urgencia de definir planes específicos, señalando como prioridades, los temas “salud, educación, lotificaciones y viviendas, carreteras, calles, caminos, espacios culturales y deportivos”.

Para poder cumplir todo lo orientado, “el trabajo político en los barrios de las UVE es ejecutado en coordinación con la Policía por una jefatura nacional del FSLN” dijo una fuente del departamento de León.

“Nos han dicho que tenemos la obligación de garantizar el tendido electoral del FSLN con militantes incondicionales y caracterizar a los votantes por cada Junta Receptora de Voto, por eso es que andamos casa a casa” dijo un trabajador del INATEC en Chinandega.

Funcionarios en pleno apogeo




Todas las estructuras del estado-partido siguen con detenimiento las orientaciones dadas en enero pasado las que deben asegurar ante los ojos de la gente un “modelo de Presencia y Comunicación Directa”, los alcaldes y alcaldesas orteguistas son los ejecutores de esta acción.

San José de la Cañada, es una comarca rural al sur de Managua, se ubica en el distrito tres de la capital, olvidada por todos los gobiernos municipales sandinistas que nunca invirtieron en la zona, es en la campaña electoral “protagonista de una obra que viene a transformar totalmente la comunidad”, dijo Reyna Rueda, alcaldesa de la capital.

Cuatro nuevas cuadras de concreto hidráulico, que pudieron haber construido desde hace trece años de administración sandinista, fueron inauguradas con música partidaria, banderas rojas y negras, con la presencia de niños, niñas y menos de cien personas. 

Mientras tanto en los municipios de Diriamba y El Rosario en el departamento de Carazo el régimen vende como logro la entrega de bonos productivos, al igual que en Managua y el resto de los departamentos del país. Las actividades públicas se convierten en actividades partidarias.

Partidos progresistas cuestionan al régimen 

La estrategia Luces sobre luces, sigue en pie, pero la comunidad internacional cuestiona al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. El reformado Movimiento Renovador Sandinista hoy Unamos integrante de la Alianza Progresista que es una red de partidos políticos del mundo, logró que se pronunciaran en contra del proceso electoral que vive el país.

“Desde finales de mayo, (el régimen) desató una escalada represiva sin precedentes. Dicha escalada ha significado el secuestro de gran parte del liderazgo opositor, incluyendo los precandidatos presidenciales opositores, seis directivos nacionales del partido Unamos, el exilio masivo de miles, la anulación de cualquier vestigio de libertades públicas y de cualquier posibilidad que las elecciones del 7 de noviembre, fuesen tales. La fecha electoral ha quedado reducida a una farsa, cuyos resultados carecen desde ya de toda legitimidad”, denunciaron.

Los partidos progresistas hicieron un llamado a los gobiernos de la región y a la Organización de Estados Americanos (OEA), a los gobiernos europeos, a la Unión Europea y a la Secretaría General de Naciones Unidas, a tomar “acciones diplomáticas y políticas que correspondan ante la magnitud del drama que vive Nicaragua”. 

De igual forma, piden “presionar al régimen de Ortega para que abra la posibilidad de una solución democrática, mediante la realización de elecciones libres. Igual llamado hacemos a los partidos y organizaciones progresistas”.

Mientras los Unamos inciden en los grupos y partidos de izquierda, Ortega y Murillo siguen ejecutando sin ningún problema su estrategia de campaña y en sus cárceles hay más de 140 personas presas políticas, como resultado de una crisis que se agudiza cada día.