Comunitarios indígenas del Caribe Norte denuncian que empresa minera prefiere ganancias que salud de la población

Tras el derramamiento de cianuro en el barrio 28 de mayo de Bonanzas, comunitarios están alarmados ante lo que podría ser clara señal de la presencia de grandes contaminantes en dos ríos de la zona.

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La exportación bruta del oro es gran soporte económico para el Producto Interno Bruto (PIB) de Nicaragua. La extracción de este metal es cada vez más popular y codiciada por las empresas transnacionales que enriquecen sus capitales en tierras donde no solo se sustrae el producto directamente, también se acaba con ecosistemas completos.

Sin embargo, el beneficio económico de este rubro, no debería ser ceguera para medir el impacto y daño ambiental que crece exponencialmente en las regiones extractoras.

Recientemente se produjo un derramamiento de cianuro en una de las plantas de la empresa HEMCO, en el barrio 28 de mayo en el municipio de Bonanzas, Caribe Norte; accidente que ocasionó que el químico se dispersara por la carretera y posiblemente llegue hasta los ríos Tunki y Kukalaya, que cubren tres territorios indígenas.

Un poblador mayagna que prefirió el anonimato por miedo a represalías, aseguró que esta “irresponsabilidad” no solo afectaría al río, también a las especies terrestres que ingieren agua de esa fuente.

“Ese río es tomado como hidrante para los animales, además que personas se van a bañar allí. Los comunitarios corrieron la voz para que nadie se metiera, pero algunos ya lo habían hecho, y entiendo que están presentando reacciones alérgicas”, mencionó la fuente.

Para la población mayagna es preocupante la situación, recursos invaluables como el agua, son contaminados de manera desmedida y pueden llegar al punto de no ser aptos para consumo humano, “la población consume agua de los ríos, pozos y fuentes naturales, esa es nuestra cultura, ahora no se puede, recuerdo que hace veinte años solo íbamos al rio con balde, ahora es peligroso” advierte nuestra fuente.

Temen manoseo en sanciones a empresa HEMCO

Los comunitarios temen que el manoseo de procesos, vínculos políticos y económicos interfieran en las posibles sanciones que se imponga a la empresa HEMCO, reconocen que es una fuente económica potencial para el régimen de Ortega.

Para un abogado local, el proceso puede ser tardío o nulo, ya que no sirve de nada tener leyes que respalden la conservación ambiental, si las instituciones no las hacen funcionales.

“Las leyes están, nos llaman a la preservación del medio ambiente, pero pesa más el flujo económico que genera esta empresa”, señaló.

Por otra parte, la HEMCO ha mantenido hermético lo ocurrido, solo los trabajadores de altos niveles jerárquicos manejan la situación, y aunque un comunicado menciona que se ha activado el protocolo de emergencia, que es la limpieza total de las áreas afectadas, cita que “el proceso de corrección ejecutado consistió en el aislamiento y control de paso de paso de la vía afectada, colocación de cal sobre el vertido, recolección total de los residuos en la vía, aplicación de cloro y cal en la parte baja del alcantarillado y lavado general en todas las áreas circundantes”. La pregunta de la población es ¿cómo se tratará la contaminación que llegó a los ríos?

Para el ambientalista Melvin Archibold, el daño no es únicamente en la biodiversidad existente sino, el daño indirecto al ser humano, debido al exceso de tóxicos y otros componentes que afectarían la salud de las familias que usan el agua contaminada para consumo o agricultura,

“Es una cadena que de alguna forma u otra interactúa con nuestro sistema, sea el de los alimentos que extraemos de ellos y que en sus tejidos pueden acumularse metales pesados u otras sustancias toxicas o el solo hecho de incrementar la cantidad de contaminantes, puede proliferar bacterias y otros patógenos que pueden alojarse en tejidos de organismos que comemos.” precisó el ambientalista.

El experto advierte que se está causando daño directo a los sistemas de agua, con las malas prácticas humanas y en el caso del derramamiento de tóxicos en sistemas de agua puede causar daños irreversibles a las familias. “La contaminación por metales pesados es una de las más preocupantes porque está comprobado que está directamente vinculado a deformidades durante el proceso de gestación en las embarazadas si consumen algún alimento que contiene metales pesados, sin mencionar cualquier otra cantidad de tóxicos que pueden inducir a cánceres o enfermedades congénitas”.